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Cuando nos planteamos venir a vivir a Australia, sabíamos que tendríamos que compartir piso. Después de años viviendo solos, la verdad es que la idea daba un poco de pereza.

Nuestra casa

Nuestra casa

Cuando llegamos aquí y empezamos a ver habitaciones, al problema de encontrar un lugar que nos gustase se sumaba otro: que los compañeros de piso nos dieran vuestras vibraciones. Lo encontramos todo cuando entramos en esta casa

Compartimos casa con Sarah y Rosie. Una pareja de 27 y 30 años respectivamente. Las dos australianas, de Melbourne. Al principio no les entendíamos nada, ahora ya es más fácil la comunicación. Ellas intentan hablar más despacio y nosotros nos vamos haciendo ya a su acento y a sus preguntas ultra rápidas que nos pillan por sorpresa.

La verdad es que las dos son super majas. Sarah más abierta, Rosie más reservada pero ambas nos acogieron con los brazos abiertos. Nos ayudan con un sinfín de cosas. Nos llevan en coche para un lado o para el otro. Nos recomiendan sitios para ir, para comer, para visitar…nos invitan a cenar y el otro día hasta nos regalaron dos tickets para ir al Eureka Tower.

Rosie and Sarah

Rosie and Sarah

Es el edificio más alto de Melbourne y desde allí se tienen las mejores vistas del skyline de la ciudad. Nos incluye el pase para un cubo de cristal que te suspende de la fachada del edificio y una foto en ese momento en el que estás rezando a todos los santos para que el cubo de cristal no se rompa. Cuando nos lo dieron nos dijeron: «Welcome to Melbourne» No me digáis que no son riquiñas. Es verdad que podían ser un poco más ordenadas pero……jajajjajaja. No podían ser perfectas.

Este fin de semana Luigi les hizo una cenita ( me otorgaría parte del mérito culinario, pero los que me conocéis sabéis que podría morir de hambre antes que tener que cocinarme, así que para qué……) La verdad es que a ellas les encantó y son pequeñas cosas que ayudan para hacer grupo. No me gustaría vivir en una casa en la que no conozco nada de la otra persona. Con ellas podemos hablar de todo y compartir algunas risas.

Se puede decir que después de lo que sufrimos aquella primera y horrible semana, (de momento) no nos podemos quejar. Ha salido bien!!

En casita

En casita