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Luigi y yo en el barco

Luigi y yo en el barco

Ay cómo me reí….el sábado fuimos hasta Sorrento a nadar con delfines y claro, los delfines no nos estaban esperando quietecitos en una esquina del océano así que hubo que ir a buscarlos. Tarea nada sencilla teniendo en cuenta que son delfines salvajes y van a su bola por el agua (lógicamente)…así que la experiencia fue muy graciosa.

Los chicos de AussieYouToo les regalaron a los estudiantes un viajecito para nadar con delfines. A mí no me tocó porque no estudio pero me animé igual porque tenía muy buena pinta. El sábado nos fuimos un grupo muy majete hasta Sorrento para nadar entre delfines.

Nos levantamos tempranito y con unos coches alquilados allá nos fuimos a una hora y media de Melbourne. Cuando llegamos el primer problema fue ya el neopreno. A ver señores, que eso no le queda bien a nadie….vale que no voy a lucir mis curvitas pero caray! es necesario que vaya taaaannn pegadito. Yo para empezar me lo puse del revés así que tuve que volver a quitármelo y ponerlo de nuevo….con el estiramiento de piel que eso supone…

Saltamos al barquito (que se movía de cuidado) y Theo un chico muy majo nos explicó las normas básica. Y allí nos fuimos a buscar delfines aunque no querían aparecer los condenados…hasta que vimos unos al fondo.

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Un grupito de tres o cuatro nos acompañó un rato mientras todos flipábamos viéndolos desde tan cerca y luego…la calma…nada…ni un delfín a la vista. Veíamos uno, íbamos allí pero ya no estaban. De repente parecía que sí, que había un grupo majo en una zona. Allá nos vamos, el primer grupo de gente se prepara para saltar del barco en cualquier momento, neopreno, tubo, gafas…todo listo y empieza la locura. Los monitores empiezan a gritar como si fuera un entrenamiento militar: «Vamos, ahora, al agua, al agua..!!» Los chicos se lanzan. Empiezan a venir unas olas de cuidado, aquello en vez de un nado tranquilo con delfines parece el rescate de unos pobres desgraciados que han perdido su barco. Pelos por delante de la cara, expresiones de desconcierto…el segundo grupo ya preparado para saltar meándonos de la risa porque así contado no parecerá gracioso pero os juro que yo desde allí me partía de la risa.

Vuelve el primer grupo, unos miran a los otros. «Yo no he visto nada», dice uno, «yo tampoco» responde otro, «¿alguien vio algún delfín?» preguntan por el camino…nada…intento fallido. Segundo grupo listo, ahí voy yo. Aparece otro delfín…»Vamos, ahora!!» nos dicen y allá vamos…nos tiramos al agua y nos agarramos a la cuerda mientras un delfín se pasea entre nosotros. A mí ya me podía haber dado un golpe en la cabeza porque ni lo vi…estaba luchando por respirar, esquivar los pies de Luigi e intentar localizar al delfín. «Ya podéis subir» nos dicen. ¿Subir? pienso yo…pero si no he visto nada. Todo el mundo habla del delfín, a mí ya me pueden matar que yo ni lo vi…jjajajajaja….Subimos al barco, ya puedo decir que nadé con delfines aunque no sé muy bien dónde estaba. Yo mantengo que me dio un coletazo, Luigi asegura que fue él…así que imaginaros el percal…

Primer grupo, vuelve al agua. Ahora ya sí que hay dos delfines, muy chulos por allí y se quedan un ratito y todo. Suben todos encantados. Qué fácil es hacernos felices! Tras los delfines, vamos a ver a las focas que están allí en mitad del agua en una «casita» muy mona. Y uno piensa…ay qué monas las focas…ahí todas lindas moviendo sus aletas….pero claro nadie piensa en el olor a mierda que inundaba aquel lugar. Qué pestazo de focas mi madre querida. El agua alrededor estaba tan sucia que era mejor verlas desde fuera del agua jajajaj….Pero estuvo muy chulo la verdad. Bastaba con que no te quitaras la máscara y ya no las olías. Ahí sí que ya fue más relajado. Estuvimos allí un ratito y Theo incluso nos trajo una raya para que la pudiéramos ver de cerca y tocar (muy áspera ella…) Y nos volvimos a tierra a quitarnos ese maravilloso neopreno que ahora sí que sí estaba bien pegadito al cuerpo…

Una comida relajada, un cafecito, y allí nos quedamos tirados en el campo hablando un ratito. Luego para Melbourne. Se acabó la expedición…hasta la próxima claro 😉